El descenso de América: acomodos, drogas y lavado de dinero

Pablo Melo fue uno de los protagonistas del histórico descenso de América de Cali. “Fue uno de los peores días de mi carrera”, dijo el defensa a El Observador

“Está complicado. Sé que nos están comparando con lo que le pasó a River Plate en Argentina, pero es distinto. Allá los hinchas ya se la veían venir y acá la gente se tuvo que dar cuenta de lo que estaba pasando en tres fechas”, dijo a El Observador el defensa uruguayo Pablo Melo, uno de los protagonistas del histórico descenso de América de Cali en el fútbol colombiano. 

América perdió por penales ante Patriotas y quedó destinado a jugar en la Primera B en la próxima temporada. El descenso de uno de los grandes de Colombia se suma a lo sucedido con el conjunto millonario en Argentina, similares en cuanto a la popularidad que tienen en cada uno de sus países. 

El equipo colombiano arrastró malos promedios en las últimas tres temporadas que hicieron que deba jugar en la segunda categoría el próximo año. Dos uruguayos integran el plantel de América: Melo y Jorge Artigas (hace una semana se confirmó que este último sufrió rotura de ligamentos).

“Acá se habla de una administración de dirigentes que robaron mucha plata y que traen jugadores por conveniencia. Son dirigentes, representantes de futbolistas, manejan droga... Se meten en el fútbol para lavar dinero. Al club llegaron jugadores en los últimos años que no eran como para un cuadro grande”, dijo Melo explicando los motivos del descenso de la institución.

El zaguero se incorporó a América de Cali mediados de 2011 y tiene contrato hasta fines de enero de 2012. “Este campeonato lo arrancamos casi en zona de descenso directo. Nos apretó la barra y después ganamos cuatro o cinco partidos seguidos. Fuimos irregulares, los demás equipos sumaron puntos y quedamos en esa situación de Promoción”, recordó el uruguayo. 

Melo no se esconde a pesar del descenso y lejos de buscar responsables, realiza una sincera autocrítica en la que señala que incluso podrían haber perdido el primer partido ante Patriotas.  Tampoco busca excusas para el segundo partido de vuelta, que jugaron como locales ante 35.000 personas.  “El primer partido jugamos a 3.000 metros de altura y con siete jugadores menos entre lesionados y suspendidos. La cancha un desastre... todo mal. Logramos ponernos en ventaja. Ahí el partido fue de ida y vuelta, hasta que echan a uno. Después estuvimos defendiéndonos todo el tiempo. No aguantamos y nos empataron. Pero nos podrían haber hecho uno o dos goles más. La sacamos barata”, reconoció el futbolista. 

Con respecto al partido de vuelta, Melo destacó: “Tuvimos al principio dos o tres chances y después se emparejó. Hicimos un gol y ahí pensé que se abría, pero no. Después nos empataron y se vino la noche. Los nervios, la gente... Y los penales fue más suerte que otra cosa”.

La derrota del domingo despertó la ira de los hinchas colombianos que invadieron la cancha del Pascual Guerrero, donde se enfrentaron a la Policía. También destrozaron una estación de transporte, comercios y más de 150 vehículos. “Ahora es mejor guardarse un poco”, reconoció Melo, quien el jueves emprenderá viaje a Montevideo para pasar las Fiestas junto a su familia. 

“El estadio nuevo no tiene vallas. Eso me sorprendió y nunca pasó nada. En ningún partido. Acá vienen en promedio entre 17.000 y 20.000 personas. En este último había 35.000 y estamos hablando de una situación extrema”, destacó. 

América de Cali tiene 84 años de historia: fue 14 veces campeón del fútbol colombiano y disputó cuatro finales de Copa Libertadores. 

Con la cabeza levantada

“Fue uno de los peores días de mi carrera. Siempre uno tiene guardado como lo mejor y lo peor de los equipos en los que estuvo. Para este partido, con lo que nos jugábamos, la gente nos hizo saber que era el más importante en  la historia de América. Ellos daban todo, todos los títulos a cambio de quedar en Primera. Y nosotros no pudimos lograrlo”, señaló Melo, quien es querido y respetado por los hinchas de América, que incluso le reconocieron la entrega que tuvo en los partidos tras el descenso.

“En lo personal di todo y se que rendí bien. Jugué casi todos los partidos. El tema es que en este tipo de situaciones no se salvan uno o dos. Sos tan culpable como los demás. Siempre rendí bien y eso la gente lo reconoce. Pero en un equipo nunca se salva uno. Si se hunden, se hunden todos”, destacó.