miércoles, 25 de enero de 2012

Gregorio necesita recuperar crédito

Con la herida del Apertura abierta, el elenco aurinegro sale el jueves al ataque ante Caracas con Estoyanoff, Zalayeta y Mora

El rey de la convocatoria en la pasada edición de la Copa Santander Libertadores. El único capaz de organizar recibimientos a su equipo que quedaron para la historia. El club cuya hinchada inauguró la bandera más grande del mundo.

Peñarol, el equipo que el año pasado sorprendió a América, vuelve a salir a escena. 

Claro que cambió el escenario. Y, por poco creíble que resulte, de nada le vale el antecedente de la campaña del año pasado en la que llegó a la final del torneo. 

El equipo aurinegro deberá empezar a recorrer el camino de cero. Es decir, primero entra en una fase de clasificación para la ronda de grupos.

El primer escollo es Caracas de Venezuela. El partido será el jueves desde la hora 20.45 en el Estadio Centenario.

El común denominador de los aficionados piensa que la clasificación es un hecho por enfrentar a un rival venezolano. Pero cuidado, estos equipos venezolanos no son aquellos de antes. Y Caracas tiene antecedentes valorables en la Copa.

Son dos partidos. Son 180 minutos sin margen de error. Y son juegos donde mirar el arco de enfrente rinde réditos.
Por eso el técnico Gregorio Pérez confirma un equipo con neto corte ofensivo y formado a la antigua, con tres volantes, dos punteros y un nueve.

El hecho es que Peñarol no terminó de conformar. La licencia de los jugadores conspiró contra el tiempo de trabajo, situación esta que padecieron todos los equipos uruguayos que afrontaron esta instancia, entonces Peñarol llegará sin el aceitamiento adecuado a un partido de esta instancia clasificatoria.

La nueva versión de Peñarol jugó cuatro amistosos en el verano, dos de ellos de exigencia porque fueron clásicos, y la imagen global que dejó no fue convincente.

Peñarol jugará con un 4-3-3 flexible ya que los delanteros de punta tienden a recostarse en el medio para brindar una mano en la recuperación de la pelota.

El fondo juega estático ya que los laterales (Juan Álvez y Darío Rodríguez) pasan poco al ataque. En esa zona tiene la ventaja de que, tres de los cuatro hombres, jugaron la pasada Libertadores y conocen de este negocio.

Pero el gran dilema pasa por la claridad en el juego. Gregorio parece estar decidido a mantener al brasileño Joao Pedro en el banco, por lo que la responsabilidad de generar quedará en los pies de Luis Aguiar.

El citado jugador se recuperó de una lesión, realizó un trabajo físico de forma individual, pero quedó claro que aún le falta sumar minutos de fútbol.

La sorpresa del verano fue el juvenil Sebastián Cristóforo que brinda el ida y vuelta en la zona central. El eje volverá a ser Nicolás Freitas.

De mitad de campo hacia adelante la apuesta es clara, velocidad y explosión por las bandas con Fabián Estoyanoff y Rodrigo Mora. Potencia por el centro con  Marcelo Zalayeta.

Cuando la oncena encuentre el funcionamiento pretendido será un equipo de temer.

El tema es que hasta ahora mostró más sombras que claros. Acaso su mejor presentación fue en el segundo clásico donde generó innumerables situaciones de gol y se mostró netamente superior a Nacional.

Una de las preocupaciones, al margen del escaso rodaje con que llegan, es que el equipo sufrió con la pelota detenida y la cabeceraron permanentemente en su área.


Presionados 
Peñarol cuenta con un plantel renovado para esta instancia de la Copa. No en todos los casos llegaron los jugadores solicitados por el entrenador, sino que debieron tomar otras opciones.

Es claro que los futbolistas incorporados necesitan un período de adaptación. No es lo mismo defender a un equipo menor que ponerse la camiseta de Peñarol. Tiene otro peso. Pero además hay otro aspecto a tener en cuenta y es la gestión del año pasado.

La gran campaña que realizó aquel Peñarol mete presión sobre el actual que juega con ese peso sobre sus espaldas.


Gregorio Pérez
Pero no es solo el plantel el que afrontará la serie con Caracas con una piedrita en el zapato. El técnico Gregorio Pérez es mirado de reojo por parte de algunos hinchas.

Sus detractores le cuestionan el estilo de juego del equipo y no olvidan la forma inexplicable como el club perdió el Torneo Apertura pasado a manos de Nacional.

Las opuestas realidades de los grandes


Nacional prioriza a los jóvenes de su cantera y bajó el pasivo; mientras, Peñarol sigue contratando jugadores que se quedan seis meses o un año, y se endeuda

Los grandes tienden a hacer muchas cosas juntos. A nivel político se unieron siempre  y de alguna manera se las ingeniaron para tener representantes en los órganos de poder de la AUF. En el tema de la venta de los derechos de televisión negocian en conjunto. Se potenciaron en las campañas de socios.
Pero, así como son tan iguales en algunos aspectos, son diametralmente opuestos en muchos aspectos de sus vidas. El análisis deja de lado aspectos sociales, económicos y hasta políticos que siempre se pusieron arriba de la mesa a la hora de entender este fenómeno del fútbol uruguayo.
Se avecina el Clausura y las urgencias y necesidades de unos y otros marcan realidades diferentes. Nacional goza de un estado de salud que le permite mantener su política institucional. Peñarol, remendado, sigue intentando poner la casa en orden. Entonces, obviamente, las diferencias se notan claramente.
Un punto claro es la política de contrataciones. En 2012 los albos vuelven a apostar fuerte a su cantera. Fueron por algunos jugadores en puestos puntuales, pero el hecho es que el plantel tiene poder de venta. ¿Qué permite eso? Que la calesita funcione. En una década se fueron Suárez, Coates, Lodeiro, entre otros, pero ya están en las gateras para el próximo período de pases Renato César, Gonzalo Bueno, Facundo Píriz, Alexis Rolín.
El sistema permitió al club reducir considerablemente su pasivo. Un tema que preocupaba.
Peñarol en cambio arma siempre planteles con jugadores que van a cumplir pasantías. El claro ejemplo fue el grupo con el que afrontó la final de la Copa Santander Libertadores pasada (ver cuadro). Y este año repite la misma política de contratación. Incorporó a jugadores que vienen por seis meses, como el caso de Rodrigo Mora.  Tiene otros sin poder de reventa: Carini, Estoyanoff, Freitas, Juan Álvez, por citar algunos.
Al margen de que habitualmente se queda con porcentajes de jugadores, porque el club en definitiva sirve de vidriera, el negocio no le rinde réditos para disminuir un alarmante pasivo que tiene dos versiones. El presidente Juan Pedro Damiani afirma que es de US$ 9 millones, la oposición denunció que trepó a US$ 15 millones.
Como sea, las cifras no dejan de ser preocupantes. ¿Por qué? Mirar el plantel permite concluir que tiene poco para vender. Acaso Cristóforo. El resto todo por confirmar.
Para colmo se metió en un negocio con Benfica por tres diamantes de sus formativas como Elbio Álvarez, Jim Morrison Varela y San Martín. Al momento del negocio no habían debutado en Primera. Entonces, mientras los dirigentes hablan de un proyecto juvenil, vuelven a cometer el error de vender a un precio muy bajo a tres jóvenes.
La agencia EFE reveló sobre el negocio: “Benfica paga 1,5 millones de euros para quedarse con el derecho de opción y puede gastar 2,9 millones si quiere garantizarse al trío este año, mientras que si dilata su opción desembolsará más. La operación fue posible por la intermediación del agente Paco Casal, que representa al internacional uruguayo Maxi Pereira, cuyo contrato con Benfica fue recientemente renovado tres años”.
En Nacional en cambio, a los juveniles los hacen debutar en el primer equipo. Y después los venden. Es un dato de la realidad, con excepciones: Nacional malvendió a Luis Suárez por US$ 900 mil, pero con el paso del tiempo aprendió de los errores y terminó transfiriendo en cifra récord a Sebastián Coates.
El punto es que Nacional le lleva ventaja a Peñarol porque inició antes la política de apostar a un trabajo en juveniles. Los albos comenzaron con esta política institucional en el año 2000 con Daniel Enríquez como gerente. Peñarol en cambio la aplica desde 2007 cuando nominaron a Víctor Púa. Pero desde hace al menos dos años algunos hinchas se preguntan, en mensajes que remiten a las radios, ¿dónde está el trabajo de Púa? Es una realidad que la pueden decir quienes reciben los mensajes y los leen. Al quinto año de haber iniciado la tarea en juveniles, Nacional vendió a Luis Suárez. ¿Qué significa ello? Que, si bien las comparacione son odiosas, este año en Peñarol debería aparecer el jugador precio del mercado europeo.
Es obvio que en estos temas la paciencia es buena consejera. El presidente Damiani apostó por esta tarea. Sabe que es un camino de hormiga pero del cual no se quiere apartar.
Mientras tanto, no le queda otra que seguir recurriendo a empresarios que ponen su dinero para comprar jugadores y cederlos al club a cambio de futuros negocios. Entonces anda caminando con pies de plomo, porque si hace un negocio con otro empresario y se enoja aquel que le prestó jugadores, corre el riesgo de que le saquen futbolistas.
Analizar quien se reforzó mejor para el Clausura no es tarea sencilla. Es que los resultados marcan el rumbo, por ahora, la realidad es que, si bien son parecidos en muchos aspectos, los grandes viven dos realidades opuestas.

Cáceres vuelve a Juventus


El conjunto italiano pagará 1,5 millones de euros por la cesión del jugador hasta el final de la temporada

El defensa uruguayo Martín Cáceres ha sido cedido por Sevilla a Juventus de Turín por lo que resta de temporada, con una opción de compra de su ficha para el club italiano una vez concluya el préstamo, informó la televisión oficial de Sevilla FC.

Esta operación, según las mismas fuentes, supone a Sevilla un ingreso de 1.5 millones de euros por la cesión más otros ocho millones si al final de la temporada el club italiano ejerce la opción de compra, aunque si no lo hiciera la entidad hispalense ingresaría otros 1.5 millones.

El internacional uruguayo, que el próximo abril cumplirá 25 años, vuelve así al equipo turinés, donde ya estuvo cedido por Barcelona en la temporada 2009-10.

Cáceres jugó la pasada campaña en Sevilla también cedido por el club azulgrana y a la conclusión de la misma ejerció la opción de adquirir la ficha del uruguayo por 3,5 millones de euros, por lo que en ésta cumplía su segunda temporada en el equipo hispalense.

El defensa de la selección uruguaya jugó en Defensor Sporting y en febrero de 2007 fue contratado por Villarreal, quien lo cedió a Recreativo de Huelva; luego lo compró Barcelona.