viernes, 10 de junio de 2011

El delgado hilo del arco de Uruguay

Fernando Muslera tapó un gran mano a mano en el primer tiempo, tuvo una buena gestión pero en el último centro salió mal y las dudas y los fantasmas volvieron a sobrevolar en el Estadio Centenario

Los problemas padecidos por Fabián Carini. El tiro libre del venezolano Rey que estremeció el alma de Juan Castillo. La confianza desmedida de Sebastián Viera ante un balón que le jugó una mala pasada. La maldita Jabulani del Mundial y alguna salida en falso de Muslera. Las manos de Muslera que fallaron en Santiago como asociándose a la fiesta de  despedida de Bielsa. La nieve que le deslizó la pelota a Castillo en Estonia. Las especulaciones sobre cuándo será la oportunidad de Martín Silva. La negativa de Defensor para que su capitán viajara como suplente a Alemania y el regreso de Rodrigo Muñoz. Cuánto camino recorrido.
 
El miércoles en el Estadio Centenario ante Holanda todo venía bien. Una tapada espectacular en un mano a mano. Pero bastó una salida en falso en la última pelota para que el palco se volviera a inundar del rumor de los últimos tiempos. Otra vez el arco. ¿Es injusto? Puede ser. El golero tiene ese instante de duda. ¿Salgo o no salgo? Es un segundo. Como el juez. ¿Es un error compartido? La defensa no defendió, es cierto. ¿Es un drama? Óscar Washington Tabárez pidió restarle dramatismo, pero es un tema que está instaurado. Evidentemente el entrenador no quiere que con esto se genere una bola, pero hay una realidad: el arco celeste está en la mira de la gente.

Y queda la sensación de que no hay un golero definido. De hecho, el propio Tabárez lo está buscando como lo anunció a El Observador en la edición del miércoles 18 de mayo: “Lo que hemos tratado de hacer es tratar de descubrir el arquero que pueda ser capaz de cubrir una época. Lo estamos intentando, no digo que lo tengo logrado. Con el que estamos intentando en los últimos partidos es con Muslera, pero no me animaría a decir que está totalmente afirmado”.

El hecho es que el golero no tiene margen de error. El miércoles Muslera jugó un buen partido, pero falló en la última y no hay marcha atrás. El arco no perdona. La gente se fue del Estadio hablando del tema. Tabárez tiene argumentos para defender lo que está pasando: “Cada vez es más difícil esto del arquero. Cada vez hay mayor precisión en los envíos. Eso hace que la decisión de un golero de quedarse o salir sea más difícil de lograr por la velocidad que lleva y la indecisión no le da muchas posibilidades de rehacerse. Y luego la propia velocidad de la pelota que los estudios dicen que es más veloz y con trayectorias muy erráticas”.

Luego de tanto camino recorrido el arco de Uruguay es un delgado hilo donde un error despierta fantasmas y vuelve a sembrar dudas.

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